domingo, 21 de septiembre de 2014

Novena. 6º. Cura rural.


“Cuando arrestaron a Juan, Jesús se dirigió a Galilea a proclamar la buena noticia de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo y está cerca el reinado de Dios; arrepentios y creed la buena noticia”.

Mc 1, 14-15

 

Meditación.

En 1921 D. Pascual fue ordenado sacerdote, sirviendo en la Pobla del Duc durante tres meses. Seguidamente emprendió el camino hacia las tierras del norte, a un pequeño pueblo situado junto al río Mijares, rodeado de pinares, huertas y fuentes, actualmente cubierto por las aguas del embalse de Arenós. Y allí en la iglesia de San Pedro ejerció como párroco hasta ser destinado a Sempere como cura regente. Encontrándose allí bautizará el 15 de Mayo de 1923 en la Iglesia de S. José de Benissuera a la niña Eugenia Sanz Ortolà.

Sus últimos nombramientos fueron Salem como párroco, Adsubia y Bèlgida. En su ministerio sacerdotal destacaba por la atención a los pobres y enfermos, a los que visitaba y asistía. Cuidaba también el catecismo y la predicación, ésta sencilla y fecunda. Sus mismos feligreses descubrían en él un sacerdote coherente y entregado a la Iglesia.

Al contemplar a D. Pascual nuestra oración se dirige a Dios por los sacerdotes. Ellos han entregado su vida por los demás y necesitan de nuestra oración para poder vivir lo que predican y celebran. Como D. Pascual el sacerdote mira cada día la cruz y trata de reflejarla en su actuar, como entrega gratuita a los demás, por eso le pedimos interceda por ellos, para que sean sacerdotes santos que huyan de la mundanidad, el carrerismo y la doble vida.

 

 

              Salmo 109

 

Oráculo de Señor a mi Señor:

Siéntate a mi derecha

hasta que haga de tus enemigos

escabel de tus pies.

 

El Señor extenderá desde Sión

el poder de tu cetro.

Somete en la batalla a tus enemigos.

El Señor lo ha jurado

y no se arrepiente:

Tú eres sacerdote eterno

según el rito de Melquisedec.

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